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I Foro de Memoria Colectiva: usos, retos e impacto social para la paz

 

 

La Universidad de Ibagué será la sede del primer encuentro de memoria que se realiza en la ciudad el 23 de febrero el cual contará con invitados locales, nacionales e internacionales.

El I Foro de Memoria Colectiva es un evento organizado por la Universidad de Ibagué con el apoyo de la Cámara de Comercio de Ibagué, Fundación Ignacio Betancur, Fundación Con-Ciencia y Gana Gana, con el propósito de dinamizar el concepto y uso de metodologías de memoria en la región, así como para crear un espacio de encuentro entre colectivos y entidades interesadas en la construcción de paz, la creación de nuevos imaginarios sobre aquello que somos y la participación comunitaria.

La programación abarcará toda la mañana, y está compuesta por cinco ponencias y un conversatorio de cierre. Contando con la participación de Carolina Albornoz, coordinadora del Centro de Memoria Histórica Paz y Reconciliación (Bogotá); John Uribe Sarmiento, docente del programa de Ciencia Política de la Universidad de Ibagué; Oscar Sánchez, coordinador de Educapaz (Bogotá); Nubbia Russi, defensora de derechos humanos; y Luca Baraldi, invitado internacional quien viene de Italia y es docente, investigador independiente y consultor en políticas culturales.

Como decía Gabo “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla”. El Foro constituye un espacio para compartir visiones y experiencias con el propósito de establecer un punto de partida para el desarrollo de metodologías y proyectos adaptados a las características regionales, para que desde el sector privado se apoye, y se generen las condiciones y alianzas para que dentro del marco de la ley 1448 de 2011 se cumpla con el deber de Memoria del Estado.

Así, la memoria toma una posición esencial en la construcción de una paz sostenible, que demanda, más que el sólo recuento documentado y profesional de los hechos, la generación de espacios comunitarios para recordar, para agudizar las emociones y compartir los relatos, de forma que el proceso sea sanador y la memoria histórica sea la base para la renovación de la identidad, para llenarnos de valor a partir de lo vivido.