Este componente Actitudinal resulta ser fundamental en la formación profesional, pero al mismo tiempo es uno de los componentes más difíciles de desarrollar de una manera consciente, pues muchas veces se da por sentado y solo a posteriori se hace patente por su déficit; situaciones como competencias insanas, dificultades para el trabajo en equipo, conflictos por problemas de comunicación, agresiones verbales y a veces físicas, saboteos, negligencia, corrupción, persecución, abuso, discriminación, baja productividad, poca capacidad de adaptación a entornos cambiantes, ineficacia o malos tratos con los clientes, compañeros, directivos e irresponsabilidad social.
A partir de la Pandemia, la salud mental se ha vuelto un tema de importancia generalizada, dado que casi todas las personas han sufrido algún tipo de afectación en virtud al aislamiento social, los cambios en la situación laboral, el temor generalizado frente a la enfermedad e incluso la pérdida de algún amigo o ser querido. Aunque los casos de depresión y suicidio ya venían presentándose antes de la Pandemia y durante la misma los casos de violencia intrafamiliar se duplicaron, después de esta, la Depresión, la ansiedad y las adicciones a sustancias psicoactivas y a conductas como el suso problemático de la tecnología, están aumentando dramáticamente impactando principalmente a la nuevas generaciones.
Por otro lado los problemas sociales y económicos han dejado una sociedad altamente fragmentada, donde el conflicto sigue siendo latente por un pensamiento polarizante entre las mayorías y las minorías. El escalamiento de la Guerra ha quebrado el mundo globalizado y el reto mundial del Calentamiento Global solo se traduce en esfuerzos dispares de transición energética con meras lógicas económicas. Aún está por desarrollarse una conciencia ampliada o transpersonal en la que el individuo se reafirma, trasciende su egocentrismo, se conecta con el otro y con lo otro o la totalidad de la que hace parte.
Una de las bases de este este nuevo proyecto educativo debería ser una ruta de aprendizaje que privilegie el desarrollo individual y social, para que los estudiantes de cualquier carrera con un abordaje interdisciplinario y transdisciplinario, desarrollen herramientas de autoconocimiento, inteligencia emocional, eficacia interpersonal y hasta una inteligencia transpersonal o psico-espiritual.
De otro modo se hace difícil que los estudiantes tengan los recursos personales que les permita afrontar las difíciles situaciones personales, familiares y sociales por las que están pasando actualmente, y las que están por venir, en las que se espera que los nuevos profesionales sean resilientes, visionarios y líderes en los diferentes campos y sectores de desarrollo.