Finagro y Paz y Región trabajan por el agro en el Tolima
- Germán Gómez Carvajal
La Universidad de Ibagué, a través del programa Paz y Región, ha establecido convenio con el Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario (Finagro), que busca aunar esfuerzos académicos, técnicos y financieros para llevar información a las comunidades productoras del campo colombiano, concerniente a educación financiera y la concientización de la operatividad de los sistemas de crédito.
Esta es una formación necesaria que permitirá a los cientos de miles de agricultores tomar mejores decisiones frente a las oportunidades de mejora de sus modelos de negocio y la obtención de créditos de manera racional.
Al respecto, Dayani Rojas, director del Semestre, comentó: “Queremos que nuestros estudiantes conozcan la metodología de financiación con la que cuenta Finagro y sus herramientas de formación, las cuales abordan contenido financiero aplicado a las líneas operativas en compra de cultivos, compra de maquinaria, adquisición de químicos, inversión en predios y tecnologías. Nuestros estudiantes serán, entonces, promotores de desarrollo mediante la realización de talleres para la apropiación de habilidades financieras en agricultores emprendedores”.
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Las partes de Convenio
Las partes de Convenio
Finagro aporta, en esta iniciativa, su relacionamiento con las organizaciones productivas, su metodología de educación financiera, la asesoría y la capacitación para que los estudiantes conozcan las herramientas.
Por su parte, la Universidad, a través de Paz y Región, aporta al asesor especializado y al docente que hace el seguimiento de los procesos, y a los estudiantes, quienes se capacitan y tienen el reto de impactar a más de 150 personas por semestre.
Según Rojas, quienes mayor riesgo tienen en una cadena económica agropecuaria son los pequeños agricultores:
“Cualquier inconveniente los podría afectar significativamente, el desconocimiento de las lógicas financieras hace que los intermediarios comerciales, con un poco más de poder de negociación, reciban réditos muy superiores a los agricultores de base, quienes asumen todos los costos de la productividad y reciben solo del 3 al 10 por ciento de las ganancias”, explicó.
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Y añadió que al tener nociones del funcionamiento financiero de sus negocios, los agricultores pueden combatir dicha inequidad, por eso “la intención de este convenio es hacer consciente al pequeño agricultor, para que gane en capacidad de planeación financiera, y no viva de cultivar y vender su cosecha para luego quedarse sin dinero, sino que, a través de un ahorro programado, pueda pensar en hacer crecer sus cultivos, en tecnificarse, en capacitarse para, al final del día, ofrecer un mejor producto, más competitivo, con mayor poder de negociación y de remuneración”.