Cofundador de Unibagué ahora es colombiano por adopción

En la ceremonia de juramentación, recibió la Medalla Orden Ciudad de Ibagué, por el Alcalde, por ser ejemplo de gestión, compromiso y liderazgo con sus aportes en el desarrollo académico, económico y social de Ibagué.

Ante el alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo, don Jaime de Zorroza Landia, miembro del Consejo de Fundadores de la Universidad de Ibagué, tomó juramento como ciudadano colombiano por adopción., en un acto cumplido en el Auditorio Central de Unibagué y que contó, además, con la presencia del secretario general de la Cancillería Colombiana, Luis Fernando Criales.

Don Jaime nació en Morga, un pequeño pueblo de la provincia de Vizcaya, en el país vasco. Hace 70 años se radicó en Ibagué, y a lo largo de 50 años, además de empresas productivas que constituyó en el Tolima, fue catalizador de asociaciones como Serviarroz, de instituciones de educación como el Centro Técnico y Tecnológico San José, y uno de los fundadores de la Universidad.

También, cabe destacar, promocionó el establecimiento de las Aldeas SOS para atender a los huérfanos de la tragedia de Armero, así como de Actuar, entidad de microcrédito para apoyar a familias damnificadas por la misma tragedia.

Ha desarrollado obras de beneficio para la comunidad vulnerable de Ibagué. Fundó y sostiene el Jardín de los Abuelos, financió gran parte de la construcción del barrio Santa Ana, donde además, con sus propios recursos, construyó la iglesia; donó la construcción del conjunto residencial Tierra Grata, para 155 familias de soldados del Ejército, heridos en combate, y constituyó la Fundación Zorroza y Suárez, en la que canaliza fondos para el desarrollo de proyectos en beneficio de la población vulnerable de Ibagué y sus alrededores.

El rector Alfonso Reyes Alvarado destacó, en su discurso, dos valores que han sido constantes en su vida: la tenacidad y la caridad. El primero le ha permitido perseverar y nunca rendirse ante las múltiples adversidades. El segundo, ha sido el norte ético de su actuar. Pero la caridad entendida como el caritas, es decir, como el amor cristiano. Ese profundo y sincero reconocimiento del otro, como un legítimo otro en la convivencia.

Y agregó: "Don Jaime ha sido ejemplo de un empresario solidario con sus trabajadores y con la gente más necesitada de la región. Sus éxitos los ha compartido con el Tolima, donde ha permanecido desde que llegó, sin más recursos que su propio espíritu de superación".