Planea con anticipación tus actividades, es ideal que conozcas cómo estás manejando el tiempo personal (incluyendo estudio, actividades sociales, etc.), Elabora un horario priorizando tus materiales de estudio de acuerdo a su importancia en cuanto al tiempo de entrega y su dificultad. Se flexible, adáptate y re organízate cuando sea necesario.
Establece objetivos y prioridades, debes ser realista y consciente de tus posibilidades, así como tus limitaciones. Es importante establecer prioridades y reconocer que todas las actividades no se pueden realizar en un mismo momento. ¡Priorizar es una habilidad que debes aplicar en conjunto con la administración del tiempo!
Ten una actitud positiva, el buen humor nos brinda una situación de control y nos libera de las emociones negativas y desagradables. Tener una actitud positiva, nos ayuda a afrontar las diferentes situaciones de una mejor manera.
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No dudes de tus capacidades, los pensamientos negativos generan más nervios y desconfianza de ti mismo por ejemplo si piensas “no voy a lograrlo” “voy a perder el examen” “todo me sale mal” “ voy a reprobar de nuevo la asignatura” hace que aumente aún más tu preocupación y tu malestar.
Cambia esos pensamientos “Puedo manejar esta situación” “voy asumirlo como un reto” “Puedo relajarme es momento de respirar” “En otras ocasiones lo he logrado” “No desistas, confía en tus capacidades ¡Tú sabes, tú puedes! ¡No te subestimes!
Tómate un tiempo personal, eres una persona con múltiples necesidades, -no sólo las académicas-, tener espacios para ti pueden ayudar refrescar tu visión mental y reducir o detener los sistemas de respuesta fisiológicos del estrés (Realiza actividad física, práctica algún deporte, pasatiempo o hobbies, comparte tiempo con tus amigos y familiares, escucha música etc.).
Prepárate bien para las exposiciones o exámenes, haz repasos diarios ¡Que se vuelva un hábito! No es muy adecuado llenarnos de información horas antes de alguna presentación o examen ya que nos sobrecargamos de información y será complicado recordarla después.
Es necesario que duermas bien, cuando no duermes bien, el cerebro no responde apropiadamente, por lo que habrá más dificultad para concentrarse y comprender eficazmente lo que deseas aprender. El sueño ayuda a que tu cerebro pueda asimilar la información que aprendiste a lo largo de tu jornada de estudio y esta se convierta en recuerdos que pasan a tu memoria a largo plazo que te ayuda a que no olvides lo aprendido.
Respira (dándote cuenta de tu respiración), cierra los ojos y toma aire lentamente por la nariz y mantenlo durante 5-6 segundos, luego déjalo salir por tu boca. (Repítelo las veces que consideres necesario durante el día). Esto nos ayuda a reducir las tensiones musculares, emociones negativas y preocupaciones. ¡Prácticalo frecuentemente!.
Cuida tu alimentación, consume alimentos de manera equilibrada y toma suficiente agua u otro tipo de líquidos sin abusar del café o bebidas gaseosas en exceso, pues esto puede afectar tu capacidad para aprender y tu nivel de concentración.
Haz deporte, realizar deporte, ejercicio físico, caminar o correr pueden ser opciones muy saludables para tu bienestar físico y mental que puedes incluir en tu horario semanal, pues te ayudan a relajarte, estimula tu memoria y liberar la tensión de tu cuerpo que experimentas en las épocas de estudio que hará que te sientas muchos mejor.
Define metas y objetivos a corto plazo, que sean atractivos y desafiantes para ti, piensa muy bien qué es lo que quieres lograr y formula un plan de acción con lo que necesitas y lo que tienes para lograr lo que te propones. Desmenuza tus objetivos, estos pueden ser concretos y hacer parte de objetivos más grandes que puedes lograrlos a largo plazo.
Es necesario que puedas realizar una autoevaluación para que identifiques de manera objetiva cuáles son tus fortalezas y debilidades, esto te ayudará a darte cuenta de lo que eres capaz de lograr y qué necesitas mejorar para desarrollar en ti un sentimiento de autoeficacia que te animen a continuar esforzándote y tener la sensación de dominio sobre tus metas y objetivos personales.
Si eres de los que piensas “no puedo”, “no soy capaz”, “no soy suficiente” “cuando te enfrentas a un problema o situación difícil, es muy probable que experimentes sensaciones de miedo e inseguridad lo cual hará que desistas fácilmente en el logro de tus metas personales. Así que es momento, de cambiar estos pensamientos por unos positivos que te lleven al éxito académico.
Cuando piensas en lo que has conseguido o logrado en tu vida te resulta más fácil tener esa confianza de que eres capaz de hacer lo que te propones por más difíciles que parezcan o resulten.
Nunca minimices o le restes importancia a lo que consigues en tu vida. Los logros, por pequeños que sean, siempre son de admirar y de reconocer.
Asume los fracasos como una oportunidad para aprender y crecer como persona, reconoce y observa cuáles son tus debilidades y qué cosas necesitas seguir mejorando. Anímate aprender cada día de lo que eres capaz de lograr, los errores hacen parte de la vida, pero estos nunca deben alejarte de lo que realmente quieres.
El compararte con los otros y el cuestionarte del porque consiguen las cosas que a ti te resultan difícil por hacer, disminuye tu confianza y seguridad en ti mismo. Mantén la calma y no te desesperes, cada persona tiene propias habilidades, experiencias y unas formas particulares de estudiar, aprender y lograr lo que se propone en la vida. La clave está en ser disciplinado y persistente.